París, una ciudad que visitar

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Si estás pensando hacer un viaje, más de cara a la primavera que ahora en invierno, siempre puedes visitar París, que, aunque tiene la fama de ser la ciudad típica para hacer un viaje «de enamorados», la realidad supera, en mucho, a la ficción, o, mejor dicho, a las comedias románticas pastelonas.

Como sabrás, a París se le llama la ciudad de la luz, ojo, ciudad de la luz en verano, ya que, al estar bastante al norte, en invierno tiene muy, muy poquitas horas de luz, y la temperatura es bastante fresquita, de ahí que antes os comentara sobre su visita para primera o verano.

La ciudad en sí es, cómo diría, objetivamente bella, y, además, enorme. Digo que es bella porque tiene un centro inabarcable de edificios clásicos, del Siglo XVII en adelante, con un toque bohemio que cautiva. Tanto por callejuelas como por amplias avenidas siempre tienes sorpresas a la vuelta de la esquina, encontrándote con monumentos por doquier y plazas con muchísmo encanto, que si bien no son patrimonio de nada, merecen una visita.

Por otro lado están los museos, puedes perderte en e Louvre, perderte literalmente, porque para verlo completo, todas sus obras, tardarías sobre un año de forma ininterrumpida, o bien decidirte por el más pequeño Museo de Orsay, donde tienen un buen número de obras sobre todo de impresionistas en la planta baja, cambiando la exposición en la superior, todo esto dentro de una antigua estación de transporte que es simplemente espectacular.

Y bueno, ¿qué pasa si no eres muy de museos?, tranquilo, ahí está la Torre Eiffel (ojo, reserva antes de ir, se pueden comprar las entradas por Internet), Notre Dame o la basílica del Sacre Coeur (Sagrado Corazón), obteniendo en las tres panorámicas de París inolvidables.

Para finalizar, el centro de París es una zona bastante segura, y se puede transitar sus calles a cualquier hora sin problemas.

Pero claro, esto tendría que tener algo malo también, ¿verdad?, por una parte que sea tan grande es una desventaja, cuando veas las distancias en un plano, fíjate bien en la escala, y utiliza el metro/tranvía, porque entre estaciones puede hacer tranquilamente media hora andando (y no es broma)

La otra cosa que no es demasiado buena es que es una ciudad cara, tanto para comer como para dormir, pero claro, ¡es lo que tiene ser una de las capitales de Europa!

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