Whisky como combustible

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El whisky es una de las más reconocidas bebidas alcohólicas que podemos llegar a encontrarnos, perfecta para largas noches en torno a una chimenea, y para ilustrar los relatos y películas más taciturnos. Sin embargo, parece que se le ha encontrado una nueva y muy interesante funcionalidad, la cual se encuentra directamente referida a la posibilidad de utilizar esta bebida como combustible para los automóviles.

Lo cierto del caso es que si bien muchas personas saben que el whisky se produce en destilerías especialmente preparadas a estos fines, la mayor parte de los obtenido en torno a esta bebida no son más que residuos que sobran, como por ejemplo cáscaras de grano o cervezas ricas en proteínas, los cuales en la mayoría de los casos son utilizados para fabricación de fertilizantes o pienso para el ganado.

Pero ahora, la BBC de Londres ha informado en los últimos días, que la destilería independiente Tullibardine, ubicada en Perthshire, comunicó su fusión con una nueva empresa, que utilizará muchos de los organismos residuales del whisky, directamente para generar butanol, a partir de lo cual pueda generarse combustible para automóviles de todo tipo.

De hecho, recientes estudios realizados por los especialistas del Centro de Investigaciones en Biocombustibles de la Universidad de Napier, han demostrado que algunas de las bacterias residuales del whisky, tienen un enorme poder para transformarse, en las primeras etapas de la destilación, mediante su contenido de azúcar elevado, para poder ser transformadas luego en materia prima que justifique una inversión en la generación de alternativas a la gasolina.

De este modo, se abre una nueva esperanza para los ambientalistas, acerca de la posibilidad de generar combustible a partir de partículas orgánicas, de modo que el impacto de los desechos de los automotores sobre el planeta sea mucho menos elevado de lo que es en la actualidad, con los perjuicios para todos que ello provoca.

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