A todos nos ha pasado alguna vez que si nos sentimos cansados, o sabemos que hemos tomado algunas copas de más, pasamos el volante de nuestro coche a algún familiar o amigo que nos haga el favor de llevarnos a casa. Sin embargo, en el mundo existen también algunos casos bastante extremos, que podrían llegar a poner en peligro a decenas de personas si no se tiene un poco de cordura en ver a quien dejamos manejar el vehículo.
Todo esto lo remarcamos, justamente, a raíz de un caso que se dio a conocer recientemente, según el cual una abuela de 54 años fue detenida por la policía en Estados Unidos por poner a manejar a su nieto de apenas diez, dado que ella y una amiga suya, de 48 años, se encontraban completamente ebrias, y por lo tanto, incapaces de hacer frente al procedimiento de manejar el vehículo.
Según las autoridades locales, todo sucedió en la madrugada del miércoles pasado, cuando recibieron una llamada que denunciaba el mal manejo de un conductor de una camioneta por la carretera interestatal, aunque con la particularidad de que no habían podido identificar al mismo, lo que claro, se debía en buena parte a la corta altura del pequeño que había lo que podía.
Una vez identificado el vehículo en la carretera, las autoridades con su propio coche pidieron al conductor que se detuviera, aunque tal vez nunca hubieran querido ver el cuadro que se les presentó. En concreto, el pequeño de diez años detuvo la marcha y se quedó mirando al oficial, mientras las dos desconsideradas seguían revolcándose en su inmundicia en el asiento trasero.
Luego, las mujeres se excusaron diciendo que pusieron al niño al volante debido a que ellas estaban bajo los efectos del alcohol, aunque sin embargo fueron detenidas por permitirle al menor que maneje sin tener licencia.
