El pasado 15 de febrero, los cines españoles se volvieron a vestir al estilo gótico, profundo y misterioso de Tim Burton, una vez más, el terror, suspenso y delicado trama se suman a una carrera donde sólo intérpretes como el conocido amigo de Burton, Johnny Depp, pueden sumergirse, logrando crear una magnífica «obra de arte»… sin embargo, esta no es una película cualquiera, ya que se trata de un musical (adaptación del musical de Broadway de Stephen Sondheim).
Si no has podido concurrir al estreno o primero quieres saber más de la película… aquí te lo contamos…
«Sweeney Todd: El barbero diabólico de la calle Fleet», es un musical de terror, pero con una trama fina y cautivadora, que sin lugar a duda, no deja de lado al humor gótico (que tanto identifican a las películas de Tim Burton), y al amor, que a pesar de tanta tragedia logra surgir como medio de salvación para dos personas dolidas y débiles que necesitan de afecto…
«A tiempos desesperados, medidas desesperadas…» con esa frase se identifica Benjamín Barrer (personaje protagónico, interpretado por Johnny Depp). Su triste historia lo requiere, él era un hombre común, con una simple pero hermosa vida, compartida con una mujer y una bella hija; pero un día, un hombre poderoso, el juez Turpin (interpretado por Alan Rickman), llegó para arrancarle todo lo que tenía y condenarlo a permanecer de por vida en una detestable y antigua prisión. Quince años se mantuvo desolado y desesperado en esa carcel, hasta que un día, sediento de venganza, logra escapar.
Oculto tras el nombre de Sweeney Todd, Barrer, se transforma en un conocido barbero, pero aquella no era su intensión, él sólo quiere hacerle pagar a su mal afortunado «amigo» Turpin, que luego de enviarle a prisión y de ser el culpable de la muerte de su querida esposa, tiene a su hija… Sin embargo, Barrer no esta solo en esta hazaña, la Sra. Nellie Lovett (interpretada por Helena Bonham Carter), es su obsesiva y devota cómplice…
Oscura y suave, fría y tierna… «Sweeney Todd: El Barbero Diabólico de la Calle Fleet», sin duda alguna, nos lleva a una realidad en donde el perverso y vil es aquel al que se ve desde una cierta perspectiva… ¿Desde dónde estás dispuesto a mirar tú?
