El trabajo de cazadores de tormentas es uno de los más increíbles que existen, por la adrenalina que se vive al ir detrás de tornados y demás fenómenos meteorológicos, pero también como consecuencia del peligro que se corre en cada una de estas acciones, como lamentablemente ha quedado demostrado en los últimos días en Oklahoma, cuando el tornado que todos vimos en los noticieros se cobró la vida de famosos de esta industria.
En concreto, los medios locales comunicaron en las últimas horas que tres cazadores de tormentas, entre los que se encentraban Tim Samaras, su hijo Paul y Carl Young, murieron al ser alcanzados por uno de los tornados que afectó a El Reno, al oeste de Oklahoma City, lo que causó conmoción en todos los Estados Unidos y el resto del mundo, debido a que eran famosas sus apariciones en la televisión local.
Según el comunicado oficial de la familia de los primeros, se destaca que estas tres personas “murieron el viernes mientras perseguían los poderosos tornados que azotaron el estado de Oklahoma, en el centro-sur de Estados Unidos”, mientras se encontraban llevando adelante un auspicioso proyecto, denominado Tactical Weather Instrumented Sampling in Tornadoes Experiment.
Sin embargo, Samaras no debía su fama a esta última iniciativa, sino que era más conocido por sus trabajos para National Geographic, además de sus avances en cuanto al desarrollo de instrumentos científicos que permitieron observar por primera vez cómo es el interior de los tornados, por lo que trabajaba de una forma muy similar a la que pudimos ver todos nosotros en la película “Twisted”.
Lo más increíble del caso, es que de acuerdo a algunas de las imágenes que determinadas cadenas se atrevieron a mostrar, restos de los coches en los que se trasladaban los cazatormentas habían sido desperdigados en un radio de 800 metros a la redonda, lo que habla de la fuerza del impacto.