Cuando hablamos de la higiene en la actualidad, todos tenemos más o menos una idea de lo que estamos tratando de decir. Sin embargo, pocos saben que recién hace un siglo que la imagen personal comenzó a adquirir un protagonismo ineludible en la vida de los seres humanos, y en concreto, fue entonces que este factor resultó decisivo en todos los aspectos para las personas.
Por mencionar una de las curiosidades con respecto a ello, debemos decir que en su momento, se consideraba salutífero eliminar los esputos, es decir, escupir. Por eso era sumamente común que caminando por la calle pudiéramos encontrarnos escupideras en las calles, donde la gente se detenía para eliminar su saliva varias veces por día. Hoy, serían considerados completamente desagradables.
Otra situación que se repetía en muchos sitios, sobre todo en los espacios donde mucha gente vivía de forma conjunta, era el que se produjera un punto común de agua comunitario en el pasillo de la vivienda. De ese modo, quien necesitaba el agua se encargaba de recogerla y de utilizarla cuando hiciera falta, ya sea para darse un baño, como para lavar los platos, o en fin, para lo que necesitara.
También, en algunas casas, existía una especie de bañera de mármol pero lo más curioso es que la mayoría de las familias no las utilizaba debido a que no tenían corriente de agua que saliera desde allí. A pesar de lo que los científicos creían al principio, se trataba únicamente de un elemento de ostentación que recién con el correr del tiempo comenzó a ser utilizado normalmente.
Incluso, los baños de inmersión que muchos de nosotros tenemos en la actualidad, en aquel momento no sólo que no eran comunes, sino que no habían llegado a buena parte del mundo. Se trataba de una tecnología que sólo estaba al alcance de los grandes millonarios de todo el mundo.