Has decidido dar un paso importante en tu vida. Te has ido de casa y ahora vives en un hogar en el que los gastos son cosa tuya – o los compartes con tus compañeros de piso – y no te salen las cuentas para pagar todas las facturas que te llegan. Aunque no hay varitas mágicas para acabar con esos gastos, sí que podemos ayudarte a reducirlos de manera considerable gracias a algunos consejos.
Asumimos que tu piso es alquilado, así que no podemos aconsejarte que pongas acristalamiento aislante en las ventanas exteriores, o compres electrodomésticos con etiqueta energética A (consumen mucho menos y son más eficientes). Así que vamos a hablar de pequeños gestos que puedes hacer a diario y que te ahorrarán muchos disgustos.
Luz y electricidad: Apaga los aparatos eléctricos de verdad. Entiendo que es mucho más cómodo apagar la tele con el mando, pero si te levantes y pulsas el botón, estarás ahorrando energía – parece poca, pero lo notarás -. También puedes comprar algunas regletas con interruptor y apagar directamente ahí. De esta forma también puedes evitar subidas de tensión que dañen tus aparatos eléctricos.
Calefacción: Ahora que llega el invierno, seguro que pones la calefacción para estar calentito en casa. recuerda: estar calentito no significa ir en tirantes y pantalón corto por la casa. Es estar a una temperatura agradable que te evite la tiritera de frío. Por eso, se recomienda que la calefacción no esté nunca a más de 20ºC en invierno.
Agua: Por último, y no menos importante, el agua. Dúchate en lugar de darte un baño y, si decides hacerlo porque quieres relajarte un poco, piensa que puedes aprovechar ese agua para fregar el suelo. Si está muy sucia no, pero en ese caso, tal vez te estés pasando de ahorrador.
Estos son sólo unos pequeños consejos, otro día hablaremos sobre el aire acondicionados, la cocina o la nevera. ¿Y tú, cómo ahorras en casa?