Aunque existen muchos matrimonios curiosos en todo el mundo, seguramente pocos podrán igualar lo sucedido en una aldea de Sudáfrica, donde en las últimas horas, se ha anunciado que dos personas, con 53 años de diferencia, y siendo ellas un niño menor de edad, estarán juntando sus almas en este sacramento, todo por una promesa realizada a un familiar muerto.
En concreto, el caso trata de una futura pareja sudafricana, que se ha convertido en un tema nacional por estas horas, considerando que estaría uniendo a una mujer de 61 años y un niño de apenas ocho años; y aunque si bien parece que no existieran motivos suficientes para el enlace, todo se debe a una promesa realizada, a fin de cumplir los deseos de un familiar fallecido hace poco tiempo.
Lo cierto del caso es que el abuelo, en una noche de sueños antes de morir, había pedido tener un casamiento en vida. Sin embargo, al morir soltero, los padres del niño decidieron llamarle Sanele, al igual que su antepasado, y casarlo tan pronto tuviera una mínima edad para entender a lo que se le sometía.
Para poder llevar a cabo el deseo del abuelo, además, se eligió a una mujer muy particular, Helen, de 61 años, casada y con cinco hijos, motivo por el cual se organizó una primera fiesta en Tshwane, Sudáfrica, ante más de 100 invitados, con todos los elementos comunes para este tipo de eventos, como los atuendos, el clásico intercambio de los anillos, y hasta el beso entre los dos enlazantes. Realmente increíble.
De todos modos, la familia del pequeño ya ha advertido que la pareja no firmó el certificado matrimonial y tampoco vivirán juntos, considerando que la única intención del encuentro era el poder cumplirle el deseo a su abuelo, llamado de la misma forma, y que se produce en el contexto de una tribu africana, para la cual los sueños revisten una total importancia.