La fotografía es un mundo aparente realmente gigante, y aunque los que se mantienen fuera de su arte podrán no encontrar muchos puntos con los que se sienten identificados y menos aún atraídos, la realidad es que existen algunos trabajos en fotografía que no escapan a nadie, como el que por estas horas ha presentado un especialista francés, que tuvo una idea realmente renovadora al respecto, llamando la atención de todo el mundo.
El caso es que el fotógrafo francés Francois Brunelle viajó por todo Europa y Estados Unidos en busca de personas con increíbles parecidos, lo cual no sería tan meritorio si se hubiera limitado a fotografiar a gemelos, que normalmente suelen parecerse, pero que sí lo es, porque justamente buscada personas parecidas pero que no tuvieran entre ellas ningún tipo de vínculo familiar.
Respecto a su nuevo desafío, el francés señaló a los medios de su país que “en algún momento de nuestras vidas a todos nos han dicho que han visto a alguien parecido o similar a nosotros”, y que por eso mismo se le ocurrió la idea de ir recorriendo distintas zonas de estos países para dar con estos extraños parecidos, y al cabo de un tiempo, cuando fue acumulando fotografías, se dio cuenta de lo gratificante que era.
De hecho, a partir de allí se puso a sí mismo algunas reglas, en cualquier caso todas ellas supeditadas a la que dice que “no se debe tener ningún parentesco”, y en muchos de los casos se trataba de situaciones emocionantes, pues como es lógico era la primera vez que esas dos personas tan parecidas se veían en sus vidas.
Incluso, algunos de los participantes bromearon al respecto acerca de la posibilidad que tuvieron de observar cómo quedarían si estuvieran un poco más flacos, si se dejaran la barba, si se vistieran de ésta o aquella forma, y demás, porque se mostraban directamente reflejados en quien tenían enfrente, y viceversa.