El vídeo sobre estas líneas habla por si sólo. Un joven, enterrado vivo, pide ayuda con un vídeo.
En caliente las imágenes transmiten angustia, claustrofóbia y desesperación. Tiene una herida en la cabeza, lo que apunta que no se trata de un accidente, y que ha sido enterrado vivo en contra de su voluntad. Parece que, efectivamente, el joven necesita ayuda.
Pero mirado fríamente, cuando uno ve un vídeo como este, cae en la cuenta de que si consigue llevarse a la tumba un móvil, hay tres posibilidades: O sus captores son muy torpes, o la víctima es muy lista… ¿y si en realidad es un montaje? Y es que ahora mismo, ni se me ocurre qué móvil tiene cámara frontal para realizar videollamadas (o cómo se puede enfocar uno mismo con una cámara de móvil trasera sin ver hacia donde se apunta), ni se qué móvil tiene una linterna tan potente, o una pantalla tan luminosa. Por no hablar del simple hecho de que lo más rápido hubiera sido llamar directamente a un amigo o familiar… A riesgo de equivocarme, creo que en este vídeo hay muchas cosas que no encajan.
Por otra parte, la gente en la calle repara inicialmente en la gravedad del supuesto secuestro, pero poco a poco va dando muestras de que sí podría ser un montaje, y es aquí donde se abre el debate sobre hasta qué punto en las campañas virales todo vale, sin que haya ningún tipo de límite. En fin, juzgad vosotros mismos…