En tono de humor, te vamos a decir cuáles serían los rasgos o características que podrían hacerte pensar que eres de Finlandia. El primero de ellos es que gestionas tu colección de bolsas de plástico. Teniendo en cuenta que ahora mismo las bolsas de plástico en muchos sitios no son gratis y siempre se lleva una bolsa a mano, por aquí casi todos estaríamos en esa situación.
Otro motivo sería que no piensas dos veces en poner los platos mojados en el armario con los platos secos. Es decir, lavar, escurrir y colocar en el estante, da igual que estén mojados (otra de la cosa que muchos hacen).
Si te gusta el silencio, puede ser que seas más finlandés que otra cosa. También si te gusta el café y tomas más de 8 al día.
Si pasas por una tienda de comestibles y dices: ¡Wow, está abierto!
Tu lengua materna ya no es lo que era, ha cambiado.
Ahora tú «comes la medicina», «abres la televisión» y «cierras las luces».
Los jueves tomas sopa de guisantes.
Tus salidas se resumen en pasar un rato delante de la estación de tren los viernes noche.
No eres de dar abrazos, eso es para el acto sexual.
Un chándal es considerado ropa de etiqueta e ideal para algún evento importante.
No comes puré de patatas, comes patatas aplastadas.
Cuando alguien que no conoces te sonríe piensas que está borracho, loco o es americano.
El alcohol es un alimento.
Sabes cómo preparar arenques de 150 formas diferentes.
Ahora bien, ¿eres de Finlandia? Menos mal que es a tono de broma pero desde luego algunas de las cosas bien podrías pensar que se refieren a ti, ¿a que sí?
Vía: Phil’s Phun