Siempre he creído que los japoneses tenían un humor un tanto especial, y esta estatua dedicada al Kancho me lo ha verificado. Ahora es cuando ustedes me preguntan, y qué narices es eso del Kancho… pues una bromita que consiste en introducir los dedos por el ano a cualquier incauto desprevenido.
Muy gracioso eso del Kancho, sí señor.
Vía: My Confined Space