A mí esto de las nuevas tecnologías me fascina. No sé si conoces el «Project Glass» de Google, unas gafas de realidad virtual aumentada para todos los públicos. Lo que se nos antoja un invento digno de Tony Stark o Minority Report está ya apunto de salir a la venta. Bueno, todavía le queda más o menos un año, pero cuando nos demos cuenta, ya estarán en el mercado.
El dispositivo tiene la apariencia de unas gafas sin cristal. Pero en ellas se crea una especie de capa en la que aparece información que el usuario puede leer. Este proyecto, que todos pensábamos que está en fase experimental, parece estar mucho más avanzado porque Sergey Brin, uno de los fundadores de Google, ha anunciado que podrían venderse el año que viene. Es más, en la entrevista estuvo todo el tiempo con las gafas puestas, demostrando el potencial de este aparatejo.
Las gafas se controlarían a través de la voz e incluso podrían servir para reemplazar otros aparatos como el teléfono móvil, la cámara de fotos o el GPS. Todo estará incluído en este dispositivo. Y lo mejor de todo es la faceta de realidad aumentada. No sé muy bien cómo lo centrarán, pero yo la me lo imagino fantástico para encontrar un restaurante cercano basándose en lo que vemos (se localizaría a través de Google Maps y nos guiaría hasta la misma puerta), o incluso, como servidor de información turística. Y eso sólo sin desvariar mucho, si nos ponemos a pensar en más ejemplos seguro que acabamos convertidos en Terminator.
Estos avances tecnológicos me encantan, pero también me dan un poco de respeto. Espero que no acabemos como en Black Mirror… aunque no tiene por qué. Seguro que aprendemos a usar de manera correcta estos avances para no cometer esos hipotéticos errores… ¿o no?