Los casos de muerte por rabia en seres humanos son muy pocos en todo el mundo, por eso llamó la atención de los médicos la situación de un hombre del estado de Maryland, Estados Unidos, quien fue ingresado a una clínica local, falleciendo poco tiempo después, y del que únicamente se sabía que había sido sometido a un trasplante de riñón el año pasado.
El hecho es que, tras revisar algunos de los detalles de esa intervención quirúrgica que le fue necesaria para vida, los médicos que le atendieron, pertenecientes a los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades, han explicado que el problema residía en que éste órgano externo a su cuerpo poseía el virus de la encefalitis.
El problema es que el donante era un joven de 20 años, fallecido unos días antes de realizado el trasplante de su riñón, y entonces no se tomó en cuenta que tenía encefalitis, una inflamación del cerebro. Esto deriva entonces en la adquisición de la rabia, la enfermedad que conocemos en los perros, motivo por el cual se desataron las alarmas.
Justamente, el caso es que no sólo el riñón del joven había sido utilizado para un trasplante, sino que otras personas, residente de la misma región de Estados Unidos, habían recibido su otro riñón, su corazón y hasta su hígado, y aunque hasta el momento ninguna de ellas ha presentado síntomas semejantes, todas se encuentran bajo un exhaustivo estudio, además de estar siguiendo un fuerte tratamiento contra la rabia.
Los otros pacientes, que se encuentran respectivamente en Georgia, Illinois y Florida, se mostraron igual de sorprendidos que el fallecido al enterarse de la noticia, motivo por el cual se estima que se los seguirá de cerca, con tratamiento psicológico, además de todos los propiamente médicos, para evitar que sufran recaídas en este sentido.
