Los objetivos de la película son presentar el protagonista y su universo de ficción y establecer el conflicto con una amenaza de grandes dimensiones, pero el guión no acierta a la hora de alcanzar estos objetivos. La sensación del espectador es la de estar ante una introducción eterna y poco atractiva de conceptos y personajes que no resultan interesantes. Tampoco ayuda que el guión repita continuamente el conflicto interno que vive el protagonista ante sus miedos para que este conflicto queda despojado de todo significado y la evolución de Hal Jordan es automática y poco justificada. El segundo elemento de la historia, el desarrollo de la amenaza, avanza a saltos, sin coherencia y sobre todo sin impresionar al espectador. Una película que pretende introducir una nueva franquicia no puede caer en errores tan graves en los aspectos principales de su concepción: Green Lantern es incapaz de generar ningún interés por este cuerpo de guerreros y por Hal Jordan en particular.
A todo ello contribuye un grupo de actores que hace un trabajo poco inspirada. Ryan Reynolds compone un protagonista insoportable, que hace chistes todo el tiempo y que acaba cansando por la repetición continua de sus miedos e inseguridades. Blake Lively interpreta a la protagonista femenina, una mujer que se supone fuerte e independiente pero que en la película no deja de ser la típica chica que acaba siendo salvada por el héroe. Las escenas entre los dos no destacan con la excepción del primer encuentro entre Green Lantern y la chica que contiene un tratamiento muy divertido de la identidad secreta. El resto de personajes tampoco tiene aportaciones destacables: los malos son malos sin una motivación elaborada, los personajes humanos son consumibles para hacer avanzar la historia y los demás miembros del cuerpo de los Green Lantern tienen apariciones anecdóticas que no ayudan a mejorar el conjunto.
Técnicamente la película provoca sensaciones contrapuestas. El mundo de Oa donde residen los Green Lantern está generado digitalmente y, aunque a ratos puede quedar extraño, el resultado final es bastante aceptable y podría ser un buen escenario para más historias de los personajes. Las escenas de lucha son breves y el poder de Green Lantern, que genera diferentes construcciones con el anillo, puede resultar poco creíble para un espectador que no haya leído los cómics. En conjunto se ve una película con gran presupuesto pero que quizá ha querido presentar muchas cosas técnicamente complejas que han acabado dispersando los esfuerzos de la producción.
En resumen, Green Lantern es un intento nada acertado de llevar a la pantalla un universo de superhéroes que tiene una riqueza más que suficiente para poder dar buenos resultados. En este caso la película no llega a los mínimos que pueden exigirse a una gran superproducción de acción y aventuras.
Fuente: el multicine