Como sucede con muchas cosas, si bien en los países del Oriente se suelen festejar cuestiones similares a las de Occidente, las formas en las que lo hacen son más bien distintas, y un claro ejemplo de ello es el Día de los Enamorados en China, donde las celebraciones están mucho más relacionadas, por decir algo, con las luciérnagas que con las flores y los chocolates que se acostumbran en esta parte del mundo.
Los especialistas destacan en este sentido que en China, las luciérnaga son consideradas un símbolo del amor, y se escogen como el regalo favorito de la mayoría de las parejas, mientras que en los últimos años también se ha puesto muy de moda que las mujeres, para devolver ese regalo, tejan distintas prendas a sus hombres.
De esta forma, el San Valentín chino, denominado allí bajo el nombre de “Qixi”, tiene su origen en una leyenda milenaria, que cuenta el amor imposible entre un granjero, Niu Lang, y un hada, que fueron separados por los dioses celosos, y se vieron condenados eternamente a enviarse luciérnagas y tejidos para poder tener alguna forma de contacto y de amor.
Esta parte de la historia cuenta que en el día de Qixi, uno sólo en todo el año, las luciérnagas del mundo se apiadan de los enamorados y se reúnen para formar un puente que atraviesa la Vía Láctea y permite a la pareja volver a encontrarse de forma breve, junto a sus dos hijos; e incluso se explica que ese día suele llover, porque el cielo siente pena de la historia de los enamorados.
De esa forma, en la actualidad la mayoría de las parejas chinas deciden llevar adelante este tipo de celebraciones tan tradicionales, que en el año 2006 fueron declaradas Patrimonio Cultural de China, e incluso, no son pocas las mujeres que forman parte de competencias de costura y encajes, los cuales imitan los antiquísimos tejidos del hada.