Hay veces en que uno no sabe como salirse de ciertas situaciones, en ocasiones pareciera que no hay una solución a semejante problema y que aún con el tiempo no habrá forma de sobreponerse. Es el caso de esta arquitecta llamada Macy Miller, una joven estadounidense que reside en el estado de Idaho, quién luego de divorciarse de su marido quedó en la ruina económica, ya que sufrió de una ardua, complicada y larga ejecución hipotecaria.
La pobre Macy estaba acostumbrada a su antiguo hogar, una propiedad de 230 metros cuadrados, con lo cuál es obvio que se encontraba más que cómoda viviendo allí y de un momento a otro se quedó sin nada. Sin embargo, como toda buena arquitecta, Macy había soñado en verdad con una casa más bien chica, en donde haya que saber aprovechar a fondo cada metro, y puede verse allí la mano de la arquitecta.
Luego de su devastadora separación y posterior ejecución hipotecaria, cualquiera creería que Mary no supo más que hacer; sin embargo se las ingenió para crear una casa nueva, chica, de tan solo 18 metros cuadrados, diseñada exclusivamente por ella. La misma costó alrededor de 11.000 dólares, y ella quedó como propietaria 100%, compartiéndola con su pareja y su mascota, teniendo que pagar únicamente el alquiler de la parcela sobre la que construyó.
A modo de broma, Macy cuenta que la parte más cara de la casa resultó ser el inodoro, ya que el mismo transforma los desechos en compost, usando muy poco agua para ello y tuvo un coste de alrededor de 2.000 dólares, por supuesto un artefacto muy moderno. Macy tardo algo así como dos años en diseñar y construir su nuevo hogar, pero al menos desde aquí, bien podríamos asegurar que valieron la pena.