Muchas veces hemos mostrado cómo, a través de estudios generales o casos particulares, puede apreciarse que una enorme cantidad de personas consideran a sus mascotas como parte de la familia, incluso como hijos. Sin embargo, está claro que existen algunas situaciones un poco más extremas, como la sucedida esta semana en Puerto Rico, que le podría costar a su protagonista una fuerte pena de las autoridades locales.
El caso es que según han informado recientemente los medios locales, el propietario de una funeraria local, veló a su perro esta semana en una de las salas del recinto, como si de una persona se tratara, y lo más increíble, mientras en algunas otras de las salas se estaban produciendo despedidas normales, de personas.
Ahora, el hombre podría enfrentar una multa de 5.000 dólares por “velar al animal ilegalmente y exponer a las personas a posibles enfermedades”, de acuerdo a lo que han adelantado los fiscales del caso. Ello responde además a una normativa especificada en el año 2008, en la que se sostiene que “no se contempla que las mascotas puedan ser veladas en una funeraria”.
“Es una cuestión de ley y orden. Si uno de estos operadores empieza a hacer estos velatorios novedosos, lo próximo es que alguien más va a querer hacer algo más novedoso todavía. Pero todo esto se sale de lo que se espera que sea un ambiente salubrista”, manifestó en este sentido el alcalde local, quien indicó que podían haber permitido la despedida con un pedido previo, y si el establecimiento sólo se hubiera reservado para ese evento.
Finalmente, esto tiene que ver además con el negocio de la despedida de las mascotas que se ha puesto muy de moda recientemente, en el cual se puede cremar a nuestro animal querido por un precio que va de los 100 a los 400 dólares.
