Nanomembrana, la cicatrización del futuro

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En los últimos tiempos, los científicos rusos han terminado de desarrollar una sustancia, de índole universal, conocida como la “nanomembrana”, que tiene como principal función, la posibilidad de permitirle a las personas la recuperación, mucho más rápida, en casos de heridas profundas o de quemaduras de grados superiores, pero con la gran ventaja además, de no producir ningún tipo de dolor, como sucedía en experimentos anteriores.

Además, según explican sus creadores de la Universidad Estatal de Sarátov, quienes han trabajado en conjunto con los especialistas de la empresa Rusmarko, este desarrollo permitirá también que la nanomembrana comience a desaparecerse sin dejar ningún tipo de rastro, por lo que podría revolucionar la medicina a no muy largo plazo.

Para considerar este desarrollo como probado y seguro, los especialistas han obtenido una nanofibra especial, mediante el tratamiento de los hilos de biopolímero quitosano con un campo eléctrico, por lo que las cualidades de este último se pueden estirar al máximo, permitiendo entonces que las cicatrices se produzcan, como por arte de magia.

Sin embargo, ni siquiera pensemos en la posibilidad de poder ver estos hilos volando, o ni siquiera a simple vista, ya que son hasta 200 veces más finos que el propio cabello humano. Los mismos funcionan mediante especies de vendajes que aplican los propios médicos, y tras un período en el que la nanomembrana se adapta a su nuevo medio, las cicatrices comienzan a aparecer.

Por otro lado, uno de los beneficios de esta nueva sustancia, en el caso de que la misma se aplique directamente sobre los filtros de los cigarrillos, tiene que ver con que propicia que los elementos dañinos del tabaco afecten al organismo, especialmente a los pulmones. Incluso, en el caso de que se apliquen directamente sobre los aparatos respiratorios, tienen una duración extra de otros 15 minutos, siendo hasta ahora el arma más efectiva en éstos casos.

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