Seguramente debe haber pocas más molestas por las que deban pasar los amantes del cine, que ir a ver una película cuyo estreno han esperado durante una larga cantidad de tiempo, y que al querer concentrarse en ella, sólo oyen a las demás personas que se encuentran hablando en la sala, y ni siquiera del propio film, sino de cualquier otro elemento de sus vidas cotidianas, lo que se vuelve realmente tedioso.
En ese sentido, y a fin de poder acabar con estos habladores compulsivos que muchas veces aparecen en el cine, es que las principales salas de proyección de Londres, algunas de las cuales se encuentran en el complejo de cines “Príncipe Carlos”, están experimentando una novedosa técnica, que les permite darle un buen susto a las personas que hablen, para que de esa forma ya no vuelvan a hacerlo, en algunos casos, nunca más.
Lo concreto del caso es que el cine ha contratado unos asistentes muy especiales, los cuales se visten de especies de ninjas, totalmente invisibles en medio de la oscuridad, de modo que se aparecen ante ellos mientras la película se está reproduciendo y comienzan a tocarlos o directamente asustarlos, para que dejen de persistir en sus ansias por charlar.
Los especialistas y desarrolladores de la idea explican, en este caso, que “estos empleados se aparecen sigilosamente entre las filas para reprender al espectador ruidoso. La solicitud surgió de los mismos clientes que se quejaron de quienes conversan o hablan al teléfono mientras se proyecta la cinta”, ya que no permiten disfrutar adecuadamente del arte que significa el cine.
De esta forma, y aunque por el momento parece difícil que esta medida vaya a implementarse en los cines del resto del mundo, de vez en cuando no estaría mal imaginar que nosotros mismos somos algunos de estos ninjas, y de esa forma callar a quienes no nos dejan disfrutar la película en paz.