De entre todas las cosas que nos podíamos imaginar que surgieran de una máquina expendedora, seguramente los libros sean una de las más extrañas. Sin embargo, en Pekín han pensado en la posibilidad de otorgar al público diferentes herramientas para que puedan mantener su interés en los libros, y por ese motivo en la capital de China ya se han instalado alrededor de 50 dispositivos de este tipo para los transeúntes.
Estas plataformas, que también son denominadas por algunos como “bibliotecas autoservicio”, ya que no es que los libros se compran como sucede con otros productos de máquinas expendedoras, sino que se alquilan. Lo único que tenemos que hacer utilizar el escaparate en el que cada libro está marcado con un número, escogerlo, y ordenar el volumen luego de introducir el dinero.
Sin embargo, para evitar que las personas dañen los libros o los roben, se ha impuesto un sistema mediante el cual los residentes de Pekín deben mostrar a un escáner su documento nacional de identidad, e introducir 100 yuanes, poco más de 12 euros, los que les permiten alquilar los libros, que si bien son bastante costosos como se puede observar, tienden a ser de muy buena calidad.
Entre las normas establecidas por el gobierno local, podemos mencionar algunas como que se pueden sacar hasta cinco libros cada vez, que han de ser devueltos en el plazo de cuatro semanas. Además, el interesado ha de tener también un código que se consigue en las bibliotecas municipales, una vez que se ha hecho socio.
La prensa local china señala, al respecto de este tipo de publicaciones, que las mismas se han hecho muy populares entre los lectores de Pekín, y así en el barrio de Chaoyang, en el que están la mayoría de ellas, uno de cada tres volúmenes prestados por la biblioteca municipal es a través de estas máquinas.