Ayer hablábamos de que uno de los propósitos del nuevo año era hacer deporte para conservar la figura. Sin embargo, si no haces dieta y te alimentas bien, de nada te servirán las horas que eches en el gimnasio. ¿Para qué quemar grasas durante dos horas si luego cuando acabes te comes una caña de chocolate o te vas al bar a tomar cervezas y patatas con los amigos?
Así que lo primero es concienciarnos de una vez por todas de que hay que comer sano y de todo, siempre con moderación. Los expertos recomiendan hacer cinco comidas al día: desayuno, media mañana, almuerzo, merienda y cena. La más importante es la primera, ya que será la que nos dé energía para aguantar el resto del día. El resto de comidas deben ser moderadas, para no ingerir más de las calorías necesarias que necesitamos. Nunca tomes una cena copiosa que haga una digestión pesada porque incluso podrías tener pesadillas.
Lo ideal es consumir 1500 calorías diarias si eres hombre y 1200 si eres mujer. Esto variará, obviamente, dependiendo de tu ritmo de vida: si eres un deportista tendrás que consumir más para que tu cuerpo aguante el nivel que le exiges. Por contra, si eres una persona que pasa de la cama al sofá, del sofá a la silla del ordenador y de ahí otra vez a la cama, tal vez tengas que reducir las calorías que comes y plantearte moverte un poco más.
No se trata de tener una calculadora en la mano y contarlo todo, sino que con saber comer bien todo estará solucionado. Lo importante es conocer las propiedades de cada uno de los alimentos y combinarlos de manera que nuestro organismo los asimile bien. Si quieres una ayuda, puedes comenzar con la dieta Dukan, ha dado muchos resultados en todo el mundo. Aunque, como todas las dietas, tiene sus inconvenientes: los expertos dicen que no es del todo equilibrada. Sea cual sea la dieta que comiences, pide siempre consejo a un experto. ¡Suerte!