El perro me pregunta
y no respondo.
Salta, corre en el campo y me pregunta
sin hablar
y sus ojos
son dos preguntas húmedas, dos llamas
líquidas que me interrogan
y no respondo,
no respondo porque
no sé, no puedo nada.
Dejémonos de Neruda… que ver a un perro bailar salsa deja por los suelos la oda al perro de este gran autor.
Creo que ya sé cuál es el próximo truco que voy a enseñar a mí perro.
Vía: salsaconestilo.com