Una nueva modalidad de decoración personal o de lenguaje corporal parece estar ligada a los piercings, los cuales cada día ocupan mayor cantidad de espacio corporal en los jóvenes (y a veces no tan jóvenes).
Las culturas más antiguas y primitivas ya utilizaban este tipo de ornamentación, para transmitir mensajes o simplemente como adorno personal y distintivo.
En la actualidad, los jóvenes adoptan este tipo de accesorios para expresar un cierto descontento con la sociedad estructurada y basada en paradigmas estáticos, o simplemente para destacar zonas de belleza corporal, como es el caso de aquellos piercings en el ombligo, que intentan delimitar el abdomen femenino o masculino.
Sin embargo, las opciones son múltiples y deben conocerse al igual que las medidas de higiene y prevención, antes de ser colocados.
Muchos de estos accesorios son colocados en la boca, ya estemos hablando de la lengua, labio superior e inferior. Es bueno saber que en este caso particular, a asepsia debe ser muy delicada y debe reunir una serie de detalles de desinfección, higiene y cuidado por parte de quien realiza la colocación muy esmerada. La boca es una zona corporal en contacto con comidas, golosinas y por donde ingresan permanentemente aire, con los microbios propios del mismo. Por ello, es necesario adoptar las medidas de higiene lógicas, en pos de evitar una infección.
Otros sitios de preferencia para la colocación son el ombligo, la ceja, la espalda, etc. en todos los casos se reitera la necesidad de cuidado e higiene y las medidas de seguridad por parte de quien realiza el trabajo en cuestión.
En notas sucesivas desarrollaremos cada una de las posibilidades de piercings.