Cuando vas a una Iglesia sabes que vas a estar en silencio escuchando «la palabra de Dios» a través de otras personas que dicen están más cerca de él.
Desde luego, no te esperas encontrarte a una persona allí pintando mientras alguien canta. Pero si el resultado es el que se ve al final del vídeo creo que merece la pena, ¿no?