Revisar el móvil ajeno, oficialmente irresistible

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Si alguna vez tu pareja, o un compañero de trabajo ha dejado olvidado su aparato móvil cerca tuyo, seguramente sabrás esa sensación que se siente de querer revisar al menos los últimos mensajes para saber con quien se habla, de qué temas lo hace y demás. Sin embargo esta conducta que parecía adjudicable sólo a un pequeño grupo de personas, es más común de lo que parece para la ciencia.

De hecho, un reciente estudio de la Universidad de Chicago, en los Estados Unidos, ha determinado que las tentaciones relacionadas con el trabajo o la diversión son a las que más nos cuesta decir que no, de modo que el poder revisar el móvil de otra persona, cuando lo olvida en estas circunstancias, es una conducta casi imposible de llevar a cabo.

Del mismo modo, existe otra serie de “necesidades” que nos sorprenden cuando estamos trabajando, o a punto de hacerlo, como por ejemplo mirar el móvil, tumbarse en el sofá, consultar el correo electrónico para ver si hay un nuevo asunto de trabajo o echarle un vistazo a las actualizaciones de las redes sociales, lo que incluso se manifiesta en las prohibiciones de muchas de esta situaciones en los trabajos de oficina.

Además, la misma investigación también ha revelado que los deseos que sentimos los seres humanos con más intensidad son los que afectan a la necesidad de dormir y al sexo, siendo éstos incluso mucho más fuertes que aquellos relacionados tanto con el tabaco como con el alcohol, los cuales a pesar de ser adictivos, generan un efecto de contagio mucho menos importante, aunque se desarrollan más al estar menos reprimidos socialmente.

En cuanto a las tentaciones que más problemas pueden traernos, en tanto, los especialistas destacan aquellas relacionadas directamente entre el trabajo y el ocio, es decir, “la inclinación natural a descansar y a relajarse y la tensión permanente que generan el trabajo y las obligaciones de la vida cotidiana”.

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