A lo largo de la historia, el cine pero por sobre todo la realidad se han encargado de demostrarnos que uno de los robos más espectaculares son los que se llevan a cabo justamente en el sitio en el que se encuentran en el espacio en el que se almacena el dinero: los bancos. Muchos de ellos, claro, necesitan de grandes grupos y bandas que se movilizan de forma conjunta con armas prácticamente de guerra, y claro, existen otros casos en los que las situaciones son un poco más improvisadas.
El curioso hecho ocurrió en la ciudad alemana de Bad Füssing, municipio en el distrito de Passau, en Baviera , lugar turístico por excelencia, que cuenta con aguas termales y como cualquier ciudad del mundo, con sus establecimientos bancarios.
En un episodio confuso y poco claro, el pasado 12 de enero del corriente año un joven de 16 años, a cara limpia, entró gritando en un banco del sur de la ciudad termal «¡asalto!» No contaba con cómplices , sino solo con un arma de juguete en la mano. Los directivos del establecimiento no dudaron en entregarle al instante lo solicitado, una suma de dinero de aproximadamente cuatro dígitos.
Con el dinero en la mano y sin abandonar su arma falsa salio corriendo y se fugo en bicicleta por lo cual ni siquiera contaba con un elaborado plan de escape. Al huir no fue mucho el trayecto recorrido ya que la policía alemana logro detenerlo a escasos minutos del lugar. El joven fue detenido cuando intentaba cruzar la frontera con Austria, cerca de cerca de la localidad vecina de Obernberg am Inn, con su botín.
El ladrón reconoció los hechos, pero no quedaron claras las razones que lo llevaron a actuar de este modo. Posteriormente, la justicia lo liberó .