Super 8: crítica I

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El guión presenta un grupo de niños compacto y creíble con buenas conversaciones que divierten y nos llevan a los tiempos de nuestra niñez. Con los personajes bien caracterizados se pone en marcha una acción continua pero sin demasiadas estridencias que va desarrollando la historia. Sin caer en muchos excesos, Abrams busca más que el espectador reviva un desarrollo más clásico, ya visto por supuesto, pero que resulta uno de esos lugares donde vale la pena volver. No hay muchas sorpresas y sí algunas cosas previsibles, pero eso no le resta encanto a un conjunto que se nutre de una buena historia, de unos buenos diálogos y de un género que prácticamente se quedó en la década que apareció.

Las verdaderas estrellas de la película son los niños protagonistas, los que nos explican la historia y con los que nos identificamos fácilmente. Joel Courtney (que debuta en esta producción) y Elle Fanning dan vida a la «parejita» protagonista, que con el encanto propio de unos niños de los 80 desarrollando su relación mientras intentan resolver el problema que tienen entre manos. Los otros niños (Riley Griffiths, Ryan Lee, Gabriel Basso y Zack Mills) dan vida a personajes diferenciados, con entidad propia y un papel claro dentro del grupo y los diferentes momentos de la acción.

Fuente: super 8 movie

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