El libro Teleshakespeare, no pretende ser la enésima exploración y teorización sobre las series como el colmo «entertainment» del inicio del siglo XXI. Más bien es un paso conceptual desde la salita y el TP sobre el tapete hacia la estimulante deriva de una ensayística perspicaz, versada y lúcida. Jorge Carrión ha elaborado un trabajo goethiano sobre el mundo ficcional televisiva estadounidense sin pretender que sea una mera categorización simbiótica.
Carrión ha ganado a pulso ser una de las voces doctas sobre este fenómeno al haberse colocado en un punto visible de la trinchera de la crítica (tanto en el suplemento cultural ABCD como en muchos otros medios), pero también, por el hecho de haberse atrevido a ser vanguardista en su último libro de ficción, Los Muertos, donde engendra un invento creativo ejemplar, una conmistura entre novela y el Devan de una hipotética serie televisiva, en que George Carrington y Mario Alvares consiguen que la FOX los acoja un proyecto lleno de incertidumbre.
Teleshakespeare abarca todo el cosmos de las series en cuestión, desde la visión más satélite, hasta la más impregnada de la experiencia directa. La forma de enlazar una serie con la otra, y con otros referentes literarios de erudición varía, ayuda a focalizar mejor las propiedades de cada serie. Jordi Carrión es un espléndido conocedor de los elementos fundamentales de la narratología, y Teleshakespeare es un ejercicio también para mostrarnos las técnicas usadas por cada una de las ficciones en su tema, trama e intriga.
Escrita para un público, que no necesita de un perro lazarillo, que sepa qué terreno pisa y que no quiere encontrarse el barrizal habitual lleno de tristes tópicos. Lo que hace Carrión es un demoledor trabajo de abrir la selva del corazón de las tinieblas a machetazo de experto pionero. Porque Jordi Carrión cuando habla sobre joyas televisivas lo hace con la destreza de un tasador, pero a la vez desde el prisma de la experiencia de un bullicioso buscador de oro de Deadwood.
Teleshakespeare es una cosmología y un ensayo sobre la lucidez de las series. No es la biblia, como se ha llegado a decir en algún artículo, en mi opinión se aproxima más a un estilo de adorno moderno sobre el afloramiento de una forma de crear que ha asaltado las concepciones artísticas de este inicio de siglo.
Fuente: papel en blanco