Historias locas si las hay. Este tipo de anécdotas quedan como una leyenda popular y dentro de 20 años nadie sabrá si fue verdad o no, pero todos tienen un tío que lo vió.
Resulta que un campesino chileno fue sorprendido cuando violaba a un cordero, entonces quiso eliminar las huellas y antes que llegara la policía sacrificó al animal e invitó a un grupo de amigos a un asado de su propia víctima.
Pero el Juzgado de Garantía de Chanco, 440 km al sur de Santiago y cerca de la ciudad de Talca, consideró suficientes los testimonios de los vecinos que llamaron a la policía y determinó que al violador infringió la legislación que castiga el maltrato a los animales y la zoofilia.
El tribunal fijará en los próximos días la multa que deberá pagar el campesino de 65 años, que puede llegar a 1.350.000 pesos chilenos, unos 2.500 dólares, una cantidad equivalente al precio de 50 asados como el que disfrutaron los amigos del zoófilo.
Sin comentarios de mi parte.
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