De seguro te ha pasado alguna vez, incluso siendo niño, que están dando un especial sobre tormentas en la televisión, y hablan de los rayos. A partir de allí, la primera o segunda cosa que dice la voz que nos guía, indica que en sitios abiertos conviene siempre estar alejados de los elementos más altos, que son los que pueden atraer los rayos, como por ejemplo sucede en el campo con los árboles, que por eso se pretende que superen en altura las casas.
Ahora bien, parece que recientemente tuvimos el caso de alguien que nació y creció sin televisión, o sin leer los periódicos, dado que este hombre no tuvo mejor idea que protegerse de una tormenta de rayos debajo de un árbol, con lo que obviamente no se encontraba a resguardo, sino todo lo contrario, más allá de que él no lo sabía.
Antes de ser alcanzado por un rayo, la copa del árbol actuó casi como un imán para la tormenta eléctrica y el móvil que guardaba en su bolsillo, como un pararrayos, de forma que poco pudo hacer luego para evitar que la descarga recorra todo su cuerpo, al punto de que la misma le entró por la clavícula y le salió por la ingle, según indicaron los especialistas médicos que dieron con la terrible imagen.
Como consecuencia de la descarga, este hombre cayó fulminado al suelo y entró en parada cardiorrespitoria, sin dejar de tener en cuenta las gravísimas quemaduras internas a las que fue sometido como consecuencia del paso del rayo por todo su cuerpo, de forma que si bien no falleció en el acto, sí lo hizo camino al hospital.
Por eso, no vemos innecesario remarcar una vez más que, ante una tormenta eléctrica se deben tomar algunas precauciones específicas y diferentes a las de otros casos, como por ejemplo refugiarse en zonas bajas, nunca cobijarse debajo de grandes árboles y deshacerse de todos los objetos metálicos y electrónicos ya que son buenos conductores de electricidad. O sea, todo lo que no hizo este pobre hombre.