Un trabajador del acero de Gales mandó una carta con las siguientes señas.

Exacto, como no sabía donde se había mudado su amigo dibujó un mapa de la ubicación aproximada. Lo mejor de la historia es que el servicio postal del país consiguió localizar a la persona que nuestro ávido amigo estaba buscando, ya que cotejando el nombre y la zona aproximada consiguieron que la felicitación llegar en nueve días.
Simplemente muy profesional.
Vía: Boing Boing