Por fin una bandeja para los torpes como yo, y es que algunos no nacemos con la habilidad suficiente como para poder llevar encima de un trozo de metal, o plástico, todo un pelotón de bebidas y platos, y si por algún casual se nos ocurriera hacerlo tenemos la certeza de antemano de que todo va a terminar en el suelo.
Por eso, poner algún tipo de refuerzo para que los dedos no se muevan en la bandeja, es la mejor idea que ha tenido Martino d’Esposito de la Universidad de Arte y Diseño de Lausana en toda su vida.
Vía: Chiquiworld
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