Declaración de culpabilidad

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Creo que con esta historia muchos van a sonreír al final pues es un texto divertido donde no te esperas el final.

Un acusado fue juzgado por asesinato. Había una gran prueba que indica su culpabilidad, pero no había ningún cadáver. En la declaración final de la defensa, el abogado, a sabiendas de que su cliente probablemente sería condenado, recurrió a un truco.

«Señoras y señores del jurado, tengo una sorpresa para todos ustedes», dijo el abogado mientras miraba su reloj.
«Dentro de un minuto, la persona que se presume muerto en este caso entrará en esta sala.» Miró hacia la puerta del juzgado. Los miembros del jurado, algo aturdidos, miraron con ansiedad.

Pasó un minuto. No ocurrió nada.

Finalmente, el abogado dijo: «En realidad, hice la declaración anterior. Pero todos miraban con expectación. Yo, por lo tanto, concuerdo con que tienen una duda en este caso, sobre si alguien fue asesinado de verdad, de modo que insisto en un veredicto de no culpable. »

El jurado se retiró a deliberar.

Unos minutos más tarde, el jurado volvió y pronunció un veredicto de culpabilidad.

«Pero, ¿cómo?», Preguntó el abogado. «Debían haber tenido dudas; les vi mirar la puerta expectantes.»

El presidente del jurado respondió: «Sí, lo hicimos, pero el cliente no lo hizo.»

El abogado en este caso no tuvo en cuenta que, si quería ganar el caso, quizás debería haber hablado antes con su cliente para que éste hiciera lo mismo que todos los demás, y mirar hacia la puerta, cosa que no hizo. El motivo, que era realmente culpable de tal forma que, aún sin cadáver, se condenó a sí mismo.

Claro está, que mejor, de ser un asesino, que esté en la cárcel pagando por sesgar la vida de alguien. Al menos en este caso ficticio.

Vía: Bits and Pieces

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