Aún recuerdo cuando, hace unos años, ibas por la calle y te encontrabas con alguna persona que portaba un cartel donde se podía leer «Abrazos gratis», una forma de dar conciencia de cómo las personas nos hemos vuelto más reacias al contacto físico salvo que fuera solo para mantener relaciones íntimas, y claro, tuvo su repercusión porque salió en todas las televisiones e incluso fuera de España.
Ahora bien, no se yo si este tipo de abrazos gratis alguno lo aceptará; me refiero a los abrazos que se pueden ver en la imagen que hoy te dejo.En ella puedes ver a una muchachita muy sonriente pero ten cuidado porque esa sonrisa esconde algo fatídico, y si no mira lo que tiene para abrazarte, y mira también las manchas de su vestido, o las manchas que tienen los pinchos que, como verás, salir vivo de un abrazo como esos me parece a mí que será toda una odisea.
Los abrazos están bien, nos hacen pensar que somos queridos, sin duda, pero también depende de qué abrazos porque, como el beso de Judas, también hay abrazos que te los da tu peor enemigo para clavarte una puñalada por la espalda (así llega mejor y no tiene que esperar a que estés despistado).
Lo que es seguro es que viendo el tipo de abrazo de la imagen creo que uno se lo pensaría un par de veces, o diez, si acercarse a este personaje de verdad y estrecharla entre sus brazos, más que nada porque no creo que quieras parecer un colador después, ¿verdad?
Es eso o servir de fuente de transfusión de sangre para otros porque tú estarás demasiado agujereado.