Muchas veces, a los niños a los cuales les doy clase les digo que jamás se dejen llevar por la apariencia de las personas porque la primera impresión, a menudo, puede ser errónea y desechamos a personas que en realidad son muy buenas, a veces hasta mejores que otras, solo por su apariencia.
En esta imagen vemos un buen ejemplo. En ella vemos a un hombre y a una chica. El hombre está mal vestido, con el pelo sobre la cara y unos ojos que te llaman la atención pero por el aire de misterio e incluso un poco de locura. Además, es un tipo extraño donde lo haya, de esos que cambiarías de acera si lo vieras siguiéndote.
Por otro lado tenemos a la chica, vestida con un trajecito blanco, con trenzas y una sonrisa angelical. Creo que muchos pensarán cosas hermosas porque será dulce e inocente. Pero nada más lejos de la verdad porque, ¿qué esconde a su espalda?
El hombre esconde un ramo de flores, tal vez para su amada, mientras que la chica lleva un hacha. Esto te lleva a pensar lo siguiente: las primeras impresiones, o dejarnos llevar por el aspecto físico de las personas no es lo mejor que una debe hacer. ¿Por qué? Porque a lo mejor estás dando de lado a las personas que verdaderamente importan por otras que pueden ser más importantes o hacer que sientas mucho más con ellas. Y solo por su aspecto físico.
Esto es algo que la sociedad se ha encargado de inculcarnos y que no me cansaré de repetir. Porque las mejores personas no son las que tienen un cuerpo 10. Son las que tienen una mente 10, un espíritu 10 y un alma 10. Y eso, aunque nos cueste reconocerlo, a menudo no se acompaña de ese cuerpo 10, ni 8, ni 5 incluso.
Vía: Demotywatory