Se sabe que en muchas de las cosas que hacen, los chinos son personas especiales, y si se trata de construir una torre que llame la atención por sus dimensiones, está claro que no se iban a quedar con las ganas de que la misma prácticamente tocara el cielo. De hecho, por estos días, la torre de Shangai ha llegado a los 632 metros, siendo ya la segunda construcción más alta del mundo, aunque estará terminada recién para el 2015.
En este sentido, debemos decir que la mencionada torre se encuentra a un paso de convertirse en el rascacielos más alto de China y el segundo del mundo, aunque a falta de varios meses para que esté lista ha alcanzado su altura máxima, una vez que varios trabajadores locales hayan colocado las últimas vigas del edificio.
Considerando el resto de las obras que faltan por realizarse, el ingeniero jefe Fang Qingqiang, quien lleva adelante muchos de los procesos arquitectónicos que han permitido el levantamiento de este gigante, ha manifestado que “falta acabar con la fachada y los detalles de la torre, que se convertirá en un inigualable símbolo de la panorámica de Shangai”.
Hay que destacar, por otro lado, que se tratará de un edificio que funcionará a modo de las Torres Gemelas de Nueva York, malogradas en 2001, es decir, para usos profesionales y no de viviendas. En este sentido, las autoridades locales han manifestado que se vieron en la obligación de levantar semejante estructura, a fin de“acoger la demanda de oficinas de gama alta ubicadas en un centro financiero internacional y una zona de libre comercio”.
En cuanto a su altura, debemos destacar que como decíamos se tratará de la segunda estructura vertical más importante del mundo, sólo por detrás de la torre Burj Jalifa, en Dubai, en los Emiratos Árabes Unidos, de 824 metros y 124 pisos, apenas tres plantas más que el futuro rascacielos chino.