Los arrestos más injustos del 2012, parte I

arrestos injustos 2012

Aunque los arrestos la mayoría de las veces son justos, existen algunas ocasiones en la que los mismos se hacen algo remediable. De hecho, existe una lista de las detenciones más tontas del 2012, y nosotros te la traemos a continuación, para que sepas qué cosas debes evitar si no quieres terminar preso.

Por ejemplo, una persona fue detenida en el año que se acaba de ir sólo por postear fotografías. Sí, aunque te parezca increíble, el bielorruso Anton Suryapin pasó más de un mes en prisión por publicar en Internet fotos de ositos de peluche cayendo de un avión, pero no fue casual, sino que ello significaba la intención de la población local de derribar el régimen militar que gobierna el país, como comentamos en ese momento.

Las redes sociales están muy de moda, y aunque son un excelente medio de comunicación, también pueden dejarnos presos, como en el caso de un habitante de Bahrein, quien fue sentenciado a seis meses de prisión, por insultar al rey en público, cuando en realidad lo hizo a través de su cuenta de Twitter.

De igual forma, como existen daños que en la antigüedad causaban la pena de muerte, oponerse a este tipo de castigo en la actualidad, a su vez puede ser condenatorio. De hecho, el gambiano Imam Baba Leigh denunció la ejecución de nueve compatriotas suyos, y si bien no fue detenido oficialmente, se encuentra desaparecido desde hace meses.

Mostrar solidaridad hacia compañeros activistas también fue penado en el 2012, concretamente en el caso de Mao Hengfeng, defensora de los derechos reproductivos, que fue condenada a un año y medio de prisión por defender a sus colegas de pensamiento.

Para finalizar, por ahora y recomendándote que leas mañana la segunda parte de este informe, te recomendamos que tengas cuidado al objetar la conciencia de alguien, como lo hizo Kimberly Rivera, militar estadounidense enviada a Irak en 2006, quien decidió no participar en nuevos conflictos bélicos, y que podría ser condenada en breve por desertora.

Sobre el autor

Scroll al inicio