Ni bien ha comenzado la gira mundial «Sticky & Sweet», Madonna atraviesa por un dificil momento laboral, aunque a mi modo de ver no sé hasta que punto puede llegar a ser responsable.
Hace algunos días, su equipo de 250 personas entre músicos, bailarines, técnicos y asistentes que acompañan a la Reina del Pop en el tour se han revelado y le han amenazado con abandonar la gira por algunos inconvenientes que se presentaron durante el viaje a Niza.
Al parecer, todo este séquito de acompañantes habrían tenido que viajar en una línea de bajo coste y posteriormente los habrían alojado en un hotel del aeropuerto mientras que la cantante lo habría hecho en su jet privado junto a su esposo e hijos y se habría hospedado en el lujoso y a la vez costoso Château Saint Jeannet, un espectacular castillo del siglo XI.
Estas diferencias, según los trascendidos, han hecho enfurecer al personal que se han sentido tratados -de acuerdo con sus propias palabras- «como personas de segunda clase» cuando son ellos los pilares fundamentales del show de la diva.
Ahora me surgen dos preguntas… en primer lugar: ¿los detalles de la gira no los ajusta la producción con varios meses de anticipación con lo cual Madonna quedaría libre de toda culpa?… y en segundo lugar: que pretendían, ¿viajar junto con ella en el jet privado y dormir todos juntos en el castillo?… Reina del Pop hay una sola!
Vía│ABC