Si pensabas que los videojuegos y el medio ambiente están reñidos, espera a leer esta curiosa noticia para sacar tus propias conclusiones. Una niña de 11 años, Hannah Wyman, decidió que tenía que hacer algo para contribuir a la mejor del medio ambiente. Le gustaba la informática y se le daban bien los videojuegos, así que, ¿por qué no hacer uno para animar a otros niños a cuidar el planeta?
Con este pensamiento, Hannah escribió el código de Toxic, un videojuego en el que la ciudad está completamente contaminada y tenemos que pedir a otros ciudadanos que reciclen, limpien la basura y planten árboles. Al final, si lo hacemos bien, la ciudad quedará impoluta.
Tan orgullosa estaba de su creación que decidió enviarlo a Kodu Cup, un concurso que organiza Microsoft para promocionar su lenguaje de programación entre la gente joven. El resultado maravilló a los organizadores que le dieron un gran premio: 5.000 dólares para su escuela y un viaje a Nueva York para la niña. Y además, tuvo una recompensa aún mayor: la joven llegó a ser seleccionada para participar en la Feria de las Ciencias de la Casa Blanca. Allí fue recibida por el mismísimo Obama que quedó entusiasmado con su imaginación.
La historia de amor de la pequeña Hannah con los videojuegos comenzó cuando vio a su hermano programar un juego de ordenador sin tener mucho éxito. Para intentar ayudarlo investigó un poco y encontró el Kodu Game Lab, una herramienta para iniciarse en este hobby. Gracias a él terminó este juego con tan sólo diez años.
Esta es un ejemplo de cómo, de manera autodidacta, podemos hacer muchas cosas gracias a los recursos que nos ofrece la red. ¿No te parece fascinante que con sólo diez años haya conseguido esos resultados?