Desde el principio de los tiempos han existido las fobias hacia determinadas cosas. Y ahora,con la llegada de las nuevas tecnologías, las personas hemos desarrollado nuevos miedos que, en ocasiones, limitan nuestra capacidad de vida. ¿Sabes cual es una de las más extendidas entre los jóvenes? La nomofobia.
No, no es el miedo a los seres fantásticos con capirote rojo y barba blanca, sino el temor irracional a salir de casa sin el teléfono móvil. El término proviene de la abreviatura de la expresión inglesa «no mobile phone phobia» y fue acuñado en 2011.
Durante un estudio realizado por la Oficina de Correos de Reino Unido se descubrió que casi el 53 por ciento de los usuarios de teléfonos móviles sufre estrés y ansiedad cuando olvidan el teléfono en casa, se les agota la batería o el saldo. Los usuarios aseguran que están nerviosos porque se sienten «aislados» de la familia o los amigos, aunque también había quienes se estresaban por no poder recibir llamadas del trabajo.
Entre los jóvenes, las cifras comienzan a ser preocupantes, ya que un estudio ha revelado que el 8 por ciento de los universitarios españoles sufre nomofobia. El perfil de los adictos se corresponde con jóvenes con una baja autoestima que no terminan de aceptarse a sí mismos y tienen dificultades a la hora de relacionarse con los demás.
Si cuando tu móvil se apaga o estás a punto de quedarte sin batería comienzas a estar nervioso y buscas desesperadamente un cargador, incluso cuando no estás en casa, tal vez tú también sufras de nomofobia. ¿Alguna vez has experimentado este temor?