Super 8: critica II

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La principal virtud del guión de Abrams es que ha dado vida a niños de verdad de aquella época, o las aproximaciones idealizadas que nuestras mentes recuerdan de aquel tiempo. Los tres adultos con papel importante, Kyle Chandler, Ron Eldard y Noah Emmerich, son el contrapunto perfecto para los niños; tienen papeles bien definidos aunque sin demasiada evolución y sirven principalmente para facilitar o poner obstáculos al grupo protagonista.

Técnicamente la película está muy bien resuelta. Desde el accidente del tren hasta el combate final, los efectos especiales no generan confusión y tienen la medida justa: no se quedan cortos pero tampoco resultan excesivos, permiten imaginar y vivir en partes iguales y están hechos de tal modo que no perjudican al tono clásico que se quiere presentar. También quiero destacar la extraordinaria banda sonora de Michael Giacchino que con una partitura con toques de aventura y misterio ayuda a crear la atmósfera necesaria para acabar atrapando al espectador.

Super 8 es una de las grandes películas que nos dejará este año: espíritu clásico, realización moderna, que busca la nostalgia pero que sabe jugar bien sus cartas y no quedarse sólo en eso.

Fuente: super 8 movie

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