Los especialistas en la salud suelen decirnos que por muchísimos motivos, conviene mantener el alcohol lejos de nosotros todo lo que sea posible, y una de las causas para afirmar ello, es que cuando estamos borrachos hacemos cosas de las que luego podemos llegar a arrepentirnos, como por ejemplo hablar de más, expresar sentimientos de más, o bueno, llegar a tomar elementos cortantes y utilizarlos de más.
Éste es el caso, recién dado a conocer de un taiwanés de 46 años, que harto de las contínuas peleas con su chica no tuvo mejor idea que ir hasta la cocina de su casa, buscar un par de tijeras, y amputarse su propio pene, lo que nadie haría en condiciones normales, pero nunca lo sabremos si estamos bastante lo suficientemente borrachos, como este asiático.
Para colmo, su acción de protesta no quedó allí, ya que el hombre lo tiró a la taza del water como protesta, todos hechos que de acuerdo a los periódicos locales, tuvieron lugar en la ciudad de Keelung, un suburbio costero de Taiwán, y que han llamado la atención no sólo de sus compatriotas, sino de todo el mundo por la crueldad de la decisión, más allá de que no se conocen imágenes ni registros más que la propia declaración de los implicados.
De hecho, lo más curioso del caso es que si bien el hombre había mantenido discusiones con su pareja, ella no se encontraba en la casa al tomar la drástica decisión, y tan pronto regresó a su hogar se encontró con una escena que jamás había imaginado, por lo que tomó a su marido e inmediatamente lo llevó al hospital más cercano.
Lo peor del caso es que, una vez allí, los médicos sólo pudieron reconstruir lo que quedaba del miembro, es decir, unos tres centímetros de largo, como para evitar que el hombre tuviera problemas para orinar en el futuro, aunque está claro que su borrachera ya le ha jugado bastante mal.
