Del ser humano siempre se ha dicho que somos propensos a perdernos. Los hombres son orgullosos y por eso cuando les dices de preguntar siempre responden: «Yo se por dónde voy», aunque no tengan la menor idea de cómo hacerlo.
En el caso de las mujeres, si tienen que preguntar preguntan, el problema es que lo hacen cada pocas calles, como si no les quedara claro todo, y eso, si vas con un hombre, los pone mucho más enfadados.
Pero hay un problema. ¿Y si las señales no son todo lo claras que deberían ser? Porque sí, puedes seguir las señales e indicaciones que te dan, pero la verdad es que no siempre ocurre que éstas sean las mejores, o que estén modernizadas, cosa ya aún más difícil para encontrar lo que buscas.
Aquí un ejemplo, ¿ves la imagen? Te ofrece tres flechas con los kilómetros que faltan para llegar a tres ciudades, hasta ahí bien. Pero, ¿las tres ciudades se llaman lo mismo? ¿A cuál de esas tres queremos ir nosotros?
Uno puede pensar que quizás es que la ciudad se divide en barrios y por eso hay más distancia o direcciones diferentes para ir a uno u otro lado. O quizás es que depende de por dónde gires vas a tardar más o menos en llegar. Lo que está claro es que, con señales así, hay confusión en cualquier aspecto.
Y no parece que el cartel esté equivocado, así que el misterio está servido, llegar a un lugar con tres direcciones que no sabes donde acabarás.
Para algunos puede parecer divertido, para otros seguro que no, sobre todo si son nuevos por esa zona y no sabe por dónde tirar, que eso es mucho más difícil que ir con un gps.