La Administración Estatal de Radio, Cine y Televisión de China debe ser por estas horas una de las instituciones menos queridas de todo el mundo. El caso es que ha emitido una resolución por la cual determina que, a partir del 1 de enero del 2014 que está a punto de comenzar, está prohibido que se adquieran los derechos de más de un programa de televisión extranjero al año.
Aunque eso podría afectar a distintos tipos de producciones, los ciudadanos chinos están especialmente preocupados por la cuestión de las series de televisión norteamericanas, muchas de las cuales tienen millones de seguidores en el país. Para colmo, se ha anunciado además que los mencionados programas no se podrán emitir en horario prime time –entre las 19:30 y las 22:00 horas– durante el primer año en el que haya sido importado, así que nada de series nuevas por las noches.
Para colmo, esta determinación se suma a otras, como que por siete horas y media no se emitirán series de ficción o programas de entretenimiento, los que se espera que sean sustituidos directamente por “noticias, espacios educativos y de orden público”, tal y como informa en estos momentos el periódico local, Nanfang Dushibao.
“Para nosotros va a ser difícil; cómo vamos a rellenar tantas horas de emisión. Muchas cadenas están acostumbradas a emitir series, concursos, magazines y películas de otros países”, es la frase que más se repite entre los productores locales, aunque la idea es que también se terminen los programas nacionales espejo de los extranjeros, en el caso del “Chinese Idol”, por ejemplo.
Por otro lado, a nivel político, la discusión viene porque se considera que los nuevos programas harán especial hincapié en los pedidos y consignas del Partido Comunista. También “Entrevistas antes de la ejecución”, de la presentadora Ding Yu podría ser vetado con estas nuevas medidas.