Una de las técnicas milenarias que existen para poder saber qué le espera a una persona en el futuro cercano es la lectura de las manos, y en este sentido, está claro que los videntes apostaban por ello porque no había forma de que se modificaran los designios del destino. Bueno, al menos hasta ahora, cuando la ciencia ha decidido que se puede intentar modificar el que vendrá a través de una sencilla operación de manos.
Sí, por muy bizarro que suene, en Japón se ha puesto de moda que las personas se operen las palmas de sus manos para de esa forma cambiar su destino, y aunque a nosotros nos parece un disparate absoluto, y un gran negocio por parte de los cirujanos plásticos locales, como el famoso Takaaki Matsuoka, la verdad es que miles de personas ya han pasado por esta reveladora experiencia.
La noticia, podríamos decir, comienza de hecho con la novedad que señalan muchos periódicos por estas horas, en referencia a que en Japón “hay especialistas que operan las manos para cambiar el destino de sus pacientes y es la última tendencia en el país asiático”. Considerando que en Asia las cosas superficiales y al límite de lo normal son perfectamente normales, no deberíamos sorprendernos, pero es que es imposible no hacerlo.
De acuerdo a lo que señala Matsuoka a todo aquel que esté dispuesto a cambiar su destino desde sus manos, se trata de una operación que dura entre 10 y 15 minutos y que se lleva a cabo sencillamente con un bisturí eléctrico. Aunque cuando termine el proceso las cicatrices son evidentes, éste especialista señala que al cabo de un mes éstas desaparecen, y dan lugar a la nueva configuración del porvenir de la persona.
“Si intentamos crear una línea con láser la marca que deja no es clara. Es necesario usar el bisturí eléctrico y practicar una incisión manual, porque las líneas de la mano no son completamente rectas. Si no quemas la piel, además, las líneas no se forman”, termina de explicar este experto, quien ha realizado más de 50 operaciones de este tipo, indicando que mayormente todos quieren hacerse las líneas “del amor” y “del dinero”.
