No hace demasiado tiempo repasamos el caso del músico español Salustiano Sánchez Blázquez, de 112 años, homologado en el pasado mes de julio como el “hombre más viejo del mundo” por el Guiness World Records. Pues bien, esas increíbles cuestiones de la vida hacen que ahora haya aparecido otro masculino con más años de vida, y no pocos meses, sino 123 años de existencia, concretamente un indígena boliviano.
Es el caso del aimara boliviano Carmelo Flores Laura, quien de acuerdo a los papeles de la tribu a la que pertenece, tendría ni más ni menos que 123 años, puesto que había nacido en 1890, y aunque se trata de un hombre muy pobre, las autoridades de la zona en la que habita han hecho llegar su caso a los productores del Guiness, quienes aya analizan su situación.
Este personaje, quien afirma que el secreto de su longevidad está en los alimentos que consume, como por ejemplo quinua, cebada, patata y haba, y también gracias a que sólo bebe agua de un nevado cercano a su aldea, afirmó además que no estaba al tanto de las noticias en torno a la configuración del hombre más viejo del planeta, y que por eso jamás le había preocupado ser distinguido de esa forma.
Luego de conocerse la situación, fue el propio secretario departamental de Desarrollo Social y Comunitario de la gobernación de La Paz, Hilarión Callisaya, quien visitó a Flores en Frasquia, la región en la que reside, para completar todos los documentos del caso y llevarlos a las autoridades del Guiness, que ahora se ven en el aprieto de tener que rectificar una información de hace apenas un par de meses.
En cuanto al estado de salud de esta persona, que uno imaginaría casi postrada a sus 123 años, los vecinos de Bolivia han señalado que el buen Carmelo camina y hasta reconoce a las personas a unos 30 metros, y que su única dificultad tiene que ver con la pérdida de una parte del sentido del oído, pero nada más que eso.
